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Quedarse sin gasolina en el momento menos indicado es la pesadilla de todo conductor. Por muy previsores que seamos a la hora de repostar no es raro que tengamos que enfrentarnos al hecho de que un día la aguja del depósito baje peligrosamente. ¿Quieres saber que hacer en estas situaciones?
La luz del salpicadero que nos recuerda que el coche ha entrado en reserva es nuestro gran aliado para acudir a una estación de servicio antes de que el combustible del coche se haya agotado. No obstante, el ajetreo de la vida cotidiana o un despiste pueden hacer que de repente nos veamos sin gasolina. Si temes que esto te ocurra no desesperes porque vamos a explicarte como actuar.
Lo primero, claro está, es contactar con un servicio de asistencia en carretera. Es recomendable que tengas el número de alguna empresa de este tipo. Hoy en día estamos habituados a buscar en Internet desde el móvil cualquier cosa que necesitemos pero para evitar males mayores a causa de cortes o problemas de conexión debes tener guardado el teléfono de asistencia en cuestión.
Cuando la gasolina escasea tu coche empezará a mostrar señales de ello. Por lo general, puedes detectar lo que está pasando al notar que el coche da tirones y se ahoga mientras circulas. Mantén la calma y dirígete al arcén o al punto más cercano en el que puedas estacionar tu vehículo. Después sal del coche, ponte el chaleco reflectante y señala el lugar en el que te encuentras con las luces y los triángulos de emergencia.
Si no puedes contar con tu seguro y tampoco tienes a mano un servicio de asistencia en carretera te tocará caminar un poco. Tendrás que ir hasta la gasolinera más cercana y pedirles que te den un recipiente homologado con el que podrás transportar la gasolina hasta tu coche e introducirla en el depósito.
Ojo, no es lo mismo repostar gasolina o diésel. En el primer caso, podrás repostar y seguir tu ruta directamente. Con un coche diésel la cosa se complica porque en el interior del depósito se suelen formar impurezas que pueden obstruir los inyectores del motor.
La acumulación de residuos en los inyectores no es algo que sólo se dé cuándo te quedas sin gasolina. Con el paso del tiempo se forman desperdicios que acaban por incidir negativamente en la vida útil de los inyectores.
Como se supone que estamos en mitad de la carretera el método más sencillo para combatir la suciedad acumulada es realizar una limpieza con aditivos. Si no llevas estos productos en el maletero tendrás que adquirirlos en la gasolinera junto al bidón de combustible. Llevarás más peso pero merece la pena.
No obstante, hay una pega. Algunos especialistas en mecánica desaconsejan la utilización de aditivos para limpiar los inyectores porque estos líquidos suelen ser bastante agresivos. A largo plazo pueden hacer más mal que bien pero si los usas esporádicamente no tiene por qué haber inconveniente.
¿Te has dado cuenta de que quedarse son gasolina no es tan malo? El mayor obstáculo reside en la distancia que tengas que recorrer hasta la gasolinera si te ves en la necesidad de comprar un bidón de combustible. Sin embargo, ese es un precio pequeño a paga por ponerte en marcha de nuevo.