Preferencias de accesibilidad
Fuente Grande
Modo Alto Contraste
Modo Oscuro
CERRAR

RESERVAS

Preferencias de accesibilidad
Fuente Grande
Modo Alto Contraste
Modo Oscuro

Hoy en Furauto vamos a contarte cuáles son las multas de tráfico más antiguas de las que se tiene constancia hasta ahora. Y es que los peatones han compartido la vía con todo tipo de vehículos antes de la aparición del coche moderno.

Hace algún tiempo ya hicimos una lista de las multas de tráfico más frecuentes. Conducir ebrio, saltarse el límite de velocidad permitido o circular hablando por el móvil ocupaban los puestos más destacados de este particular ránking.

Quizá pienses que estos problemas son propios de la actualidad. Sin embargo, lo cierto es que las principales infracciones de tráfico son esencialmente las mismas con la excepción de las relacionadas con dispositivos tecnológicos como el smartphone.

Empezamos este repaso histórico por el Antiguo Egipto. Hace unos 2.800 años se multó al conductor de un carro por conducir borracho y acabar atropellando a una niña y chocando con una estatua. Las autoridades de la época no se mostraron comprensivas y la pena por esta infracción fue morir colgado de la puerta de la taberna en la que se dedicó a beber de más.

Volvemos a nuestro país dónde Isabel la Católica no estaba por la labor de tolerar el consumo de alcohol entre los conductores. Si llevabas tu carro con unas cuantas copas encima podías perder tu medio de transporte o incluso acabar en prisión.

Por su parte, el Rey Carlos III, que pasaría a la historia como “el mejor alcalde de Madrid” pensó que sería buena idea instaurar un control de tráfico entre Madrid y Aranjuez para disminuir el número de accidentes que se producían en el trayecto entre ambas ciudades.

Las multas podían ser por cruzar la calzada indebidamente o causar cualquier desperfecto a la vía. Al igual que ocurre en nuestros días, el dinero recaudado se destinaba al mantenimiento de los caminos y las infraestructuras de transporte.

Por último, durante la Regencia de María Cristina se impusieron ciertas normas para regular la circulación de automóviles por las carreteras estatales. Si incumplías las reglas dos veces podías perder el carnet de conducir.

Cómo ves, las multas de tráfico más antiguas de la historia resultan extrañamente familiares. Al fin y al cabo, los peligros de manejar cualquier vehículo son esencialmente los mismos con independencia de que se trate de coches motorizados o carros de caballos.